«EL TODO crea en su mente infinita innumerables universos, los cuales existen durante eones de tiempo, y así y todo, para ÉL, la creación, desarrollo, decadencia y muerte de un millón de universos no significa más que el tiempo que se emplea en un abrir y cerrar de ojos.»

«La mente infinita del TODO es la matriz del Cosmos.»

Playa de Las Catedrales


La Playa de Las Catedrales es conocida por este nombre debido a las caprichosas formas que la mar y el viento esculpieron en la piedra de sus acantilados, unos grandes arcos rocosos de más de treinta metros de altura nos recuerdan los arbotantes y contrafuertes de las maravillosas catedrales góticas. Bañada por el Mar Cantábrico, esta playa es todo un símbolo de Galicia.

Situada a unos diez kilómetros al oeste de la población de la Mariña lucense de Ribadeo, lindante con la vecina Asturias, esta playa es una de las joyas paisajísticas más hermosas de Galicia y quizás de toda España, no resultan exageradas las distinciones: “la playa más bella de España” o “verdadero prodigio de la naturaleza”.

La playa de Las Catedrales, o As Catedrais, que es como se conoce a la Praia de Augas Santas, está declarada Monumento Natural por la Consejería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia.

Toda esta costa está compuesta de pizarra y esquistos, la erosión conjunta del mar y el viento sobre la roca ha ido esculpiendo estas maravillosas formaciones en la piedra. La franja de finísima arena que forma la playa no es más que el posterior sedimento marino que se ha ido acumulando bajo el acantilado. Estos 1.328 metros de arena blanca y oleaje moderado conforman una de las playas más emblemáticas y visitadas de todo el litoral gallego.

Este arenal da nombre a un espacio más amplio (279 hectáreas) que se extiende desde la playa de Os Castros hasta la de San Miguel de Reinante, en el ayuntamiento vecino de Barreiros y que fue incluído, en el año 2001, en la Red Natura 2000 como Lugar de Interés Comunitario por la riqueza de sus hábitats faunísticos y vegetales.

Las grandes moles rocosas aparentan un laberinto de callejones, arcos, columnas y oquedades que recuerdan otras fastuosas construcciones proyectadas por el hombre, como son las catedrales. La bajamar deja al descubierto un último trecho en el que un impresionante arco de colosales proporciones se deja observar tras haber atravesado un paseo entre columnas naturales que se levantan en medio de la arena y se acaban apoyando en el acantilado.

Estas llamativas formas de la naturaleza sólo pueden ser contempladas desde el mar o aprovechando las horas de marea baja sobre la arena de la playa para poder apreciar la magnitud de los acantilados y la evolución de las distintas furnas o cuevas marinas en su formación desde pequeñas grietas hasta cuevas en las que acaba colapsando el techo por la acción erosiva del oleaje y el agua del mar. Es el momento en el que el mar deja al descubierto una pequeña parcela de fina arena que permite el paso a pie y su observación. Con la marea baja podemos pasear por la playa y admirar las hermosas formaciones rocosas, cuevas de varios metros, pasillos de arena blanca entre piedras negras, pozas de aguas turquesas, etc... Al final de la playa es donde encontraremos el paisaje más espectacular, la sucesión de arcos que aparentan sujetar el acantilado como los arbotantes sustentan las esbeltas catedrales góticas.

La playa en verano se llena de turistas desde las primeras horas de la mañana, aquello parecía la Gran Vía en hora punta, por lo que tengo ganas de poder visitar el lugar en otra época del año, ya que aunque la presencia humana me dio cierto juego compositivo, es uno de esos lugares a los que quieres regresar con cierta previsión y tiempo para extraer parte de la belleza natural que emana de este maravilloso monumento.

El acesso es muy fácil ya que al ser un destino turístico está todo muy bien señalizado. Tanto desde la carretera N-634 como desde la autovía del Cantábrico existe un enlace específico para la playa de As Catedrais, con abundante señalización. Allí encontramos dos amplios aparcamientos, varios locales de hostelería, áreas recrativas y todo tipo de servicios. Un mirador sobre la mar con un paseo acondicionado y unas escaleras que bajan a la playa es donde comienza el verdadero espectáculo de la Playa de Las Catedrales.
Texto y fotografías: © JMFernández 


Esta entrada forma parte del Viaje al N.O. de la Península en Agosto de 2007.

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